Tras años en soledad mi corazón quedó convertido en piedra La vida pasaba sin más y yo agarrandome a ella. Nada podia esperar tenía el alma bajo llave y cadenas. Un dia me paré a pensar, qué son los golpecitos que en mi pecho suenan? Empieza el miedo a despertar de diferentes maneras, mi cuerpo, mi mente y mi voz temen amar y lo desean. Fue el chico de aquel bar que de pronto soltó mis cadenas, fue el beso que más esperé despertando en mis labios este poema. Empieza de nuevo el tic tac de este corazón que ahora es veleta y aun así ya no está dispuesto a dudas ni esperas. Llega la guerra entre pensar y sentir, entre un corazón suicida y una mente escéptica, que no puede dejar de latir y al mismo tiempo de estuadiar la manera, controlar el deseo para no arriesgar a que duela. Hoy no puedo dejar de notar El cosquilleo que sube por mis piernas Mil motivos para dejar de seguir y otro tantos a dejar que pase lo que el deseo quiera.
Y ahora tan solo quedan los suspiros de lo que pudo ser y no fue. Las noches que te recuerdo y las tardes en las que el teléfono arde de ganas de una señal de esperanza... Las ganas de verte se conforman a menudo con migajas; Ver tu foto de perfil asomando en las redes como si de encontrarte buscandome en mi calle se tratase para saber de mi. Si tú supieras que de tí quiero saber siempre.... Si tú quisieras tanto como yo que fácil sería coincidir. Fuimos invisibles a ojos de otros, lo fuimos todo y nada a la vez. Fuimos las ganas de sentirnos por momentos, fuimos lo prohibido para los sentimientos, no para los mios que aun te reclaman a gritos a pesar del tiempo, a pesar de que nunca has vuelto a llamar a mi puerta arrepentido de haberme dejado ir.